sábado, 5 de octubre de 2013

Rayos y truenos!

Recordaba haber abierto un blog, y recordaba que sólo tenía un entrada. De repente pensé que, como las teclas se sueltan solas, igual convendría hacerme uno de esos misterioso, con una cuenta misteriosa y un nombre misterioso y esas cosas, pero como nadie va a saber de este blog, pues seguiré escribiendo en este.

Espero que se me ocurra escribir cuando me sienta bien, que parece que sólo me apetece, así en este plan, cuando estoy saturada, overloaded, hasta el moño!

Me he dado cuenta de que  no tengo refuerzos, no tengo donde fijarme, no tengo espejos en los que mirarme, no tengo brújula ni rumbo, voy a tientas, a ciegas, y en el negocio de la maternidad eso no es bueno.
No tengo manera de hacerme una idea de si esto está bien, mal o regular. Y no me sirve pensar que cada persona es única, y que hay que ser uno mismo y tal y cual.No, porque los niños deberán desenvolverse en una sociedad que cada día está más lejos de mí. 
Los días buenos me gusta creer que tengo las claves, que todo está claro, que los valores de verdad no cambian, que todo está bien. Pero, ¿todo está bien? ¿O es que le busco tres pies al gato?

¿Los niños sabrán hacer amigos?¿Atraerán a amigos buena gente, que se ayudarán entre ellos? ¿Cuándo será su primer cumpleaños con sus amigos? ¿Viven los niños aislados? ¿Cuándo invitará a algún amiguito a casa? ¿Cuándo lo invitarán a él? ¿Tendrá amigos irlandeses, noruegos, japoneses? ¿Les estoy dando algo más que comida, cama, abrigo y mi cariño? ¿Necesitan algo más?
Ya saben de mi vulnerabilidad, ¿son aun demasiado pequeños para saberlo? ¿eso es mejor o es peor?

No lo sé.

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